17 de diciembre del 2020

ARLOG anunció su propuesta de capacitación verano 2021

 |   17 de diciembre del 2020

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Con el objetivo contribuir  a la mejora del desempeño y al desarrollo de los procesos que agreguen valor, como así también  la promoción de nuevas prácticas logísticas. La Asociación Argentina de Logística Empresaria (ARLOG), dio a conocer la agenda de capacitación virtual, prevista para los próximos meses de enero, febrero y marzo:

  • Logística Integral.Inicia el 5 de enero
  • Tablero de Control Logístico. Inicia el 18 de enero.
  • Análisis para la Gestión de Costos.Inicia el 26 de enero.
  • Operaciones de Warehouse. Inicia el 18 de febrero.
  • Coaching, Liderazgo y Rol del Supervisor. Inicia el 9 de marzo.
  • Transporte Última milla.Inicia el 15 de marzo.

El cursado de los diferentes cursos se realiza de manera virtual en el marco del aislamiento social preventivo y obligatorio dictadas por el Gobierno Nacional, con el propósito de evitar la trasmisión del COVID-19.

Los interesados  pueden consultar vía email a edu@arlog.org o comunicarse por teléfono a (011) 5199-2178

 

 

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15 de abril del 2025

La última edición del Fórum Nacional de Mercado, Consumo & Logística organizado por LIDE Argentina puso en agenda un desafío creciente: cómo construir una cadena de valor más eficiente y sustentable. Durante el encuentro, referentes del retail, la industria y la logística coincidieron en que reducir el desperdicio es una tarea que atraviesa todos los eslabones.

Uno de los paneles destacados fue “Verde en la Última Milla de la Cadena de Valor”, moderado por Elizabeth Kleiman, representante de FAO en Argentina. Allí se expusieron experiencias concretas sobre cómo una logística mejor diseñada puede marcar la diferencia en términos ambientales y sociales. Giancarlo Aubry, CEO de Nestlé, subrayó que un tercio de lo producido a nivel mundial se pierde.

A su juicio, la clave está en trabajar de manera colaborativa a lo largo de toda la cadena y no solo en el tramo industrial. “El desperdicio no es solo producto: puede ser materia prima, embalaje o inventario”, advirtió. Desde el sector retail, Gerardo Moreno, director de calidad de Carrefour explicó cómo la trazabilidad a través de tecnologías como el código QR permite anticiparse al vencimiento de los productos. Para él, donar en lugar de descartar no solo mejora la eficiencia, sino que tiene un fuerte impacto humano.

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En tanto, Walter Rothstein, Director de Operaciones en SAIEP, compartió la experiencia de su empresa en el uso de alertas de vencimiento con 45 días de antelación. Este sistema, combinado con promociones estratégicas y alianzas con bancos de alimentos, permite rescatar miles de unidades que antes quedaban como merma.

Por su parte, Marcelo Ormachea, director de Celsur Logística abordó el tema desde el lado operativo y destacó la importancia del crossdocking para evitar acumulaciones y acelerar la rotación. Además, sostuvo que planificar de forma más ajustada a la demanda ayuda a reducir tanto los residuos como las emisiones. Las alianzas locales también fueron valoradas como herramientas eficaces para dar salida rápida a productos perecederos. Coordinaciones simples, como grupos de mensajería, permiten activar redes solidarias de distribución con impacto inmediato.

El encuentro dejó claro que la sustentabilidad ya no es un valor añadido, sino un criterio estructural. Integrar planificación, tecnología y vínculos sólidos con organizaciones sociales permite que el sistema logístico sea parte de la solución. Para cerrar, Kleimandetacó que «el cambio es la única constante», y en esa dinámica, la logística emerge como conector clave entre quienes producen, distribuyen y consumen, con capacidad para escalar soluciones que generen impacto positivo.

21 de abril del 2025

Por Facundo Pekerman, Consultor en Supply Chain.

Estudiar logística mientras se trabaja en el rubro no es una excepción en Argentina: es una característica común entre quienes cursan carreras vinculadas a la cadena de suministro, tanto en universidades públicas como privadas. En un sector que crece y se transforma con rapidez, la formación profesional muchas veces ocurre en paralelo al trabajo, como una forma de validar la experiencia práctica, aspirar a mejores posiciones o profundizar conocimientos técnicos. Sin embargo, esa simultaneidad, que a simple vista parecería una ventaja —aprender en el aula y aplicar en el trabajo—, se convierte muchas veces en una fuente de tensiones, obstáculos y desgaste.

Este artículo busca poner en palabras esa experiencia desde una mirada personal. Quienes trabajamos y estudiamos en logística enfrentamos una doble exigencia: aprender mientras hacemos, y hacer mientras intentamos sistematizar lo aprendido. Mi recorrido profesional, que va desde puestos operativos hasta la consultoría estratégica, me permite hoy mirar esa trayectoria con perspectiva crítica, y con la convicción de que la universidad —sea pública o privada— tiene que reconocer esa realidad para que el trayecto formativo sea posible, exigente y transformador.

Entre la teoría y la práctica: la tensión constante

A lo largo de los años trabajé como operario de picking, planificador de entregas, analista de customer service y de abastecimiento. Hoy me desempeño como consultor en supply chain, participando en proyectos de optimización y rediseño de procesos logísticos para diversas industrias. Esa trayectoria me permite ver el sector desde distintos ángulos, y al mismo tiempo, atravesar la carrera universitaria con una mochila que no es sólo académica.

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Uno de los aprendizajes más claros fue que la teoría y la práctica no siempre se encuentran en el mismo tiempo y lugar. En muchas materias, los conceptos que se enseñaban parecían lejanos a los desafíos cotidianos de un depósito, una sala de planificación o una reunión con proveedores. Pero con el tiempo entendí que esa distancia no necesariamente implica una falla, sino una diferencia de perspectivas: la teoría busca generalizar, ordenar, anticipar; la práctica exige adaptarse, improvisar, resolver.

El problema aparece cuando esa brecha no se reconoce ni se trabaja. Cuando los contenidos curriculares se piensan desde un modelo ideal, desconectado del campo laboral real, y cuando las estructuras académicas no contemplan que muchos estudiantes llegan a clase después de haber trabajado diez horas, o deben ausentarse porque tienen que cubrir un turno. La falta de flexibilidad se convierte entonces en un factor de exclusión silenciosa.

Lo que sí se aprende trabajando

A pesar de estos obstáculos, la experiencia laboral aporta muchísimo a la formación. Permite poner a prueba ideas, desarrollar criterio técnico y aprender a leer los procesos logísticos en toda su complejidad. En mi caso, cada paso por empresas como Bonafide, Peñaflor, DIA Argentina, y actualmente, MIebach consulting me enseñaron algo distinto: la importancia de los flujos físicos, la gestión de la demanda, la interacción con clientes internos y externos, los límites de la planificación frente a la realidad operativa.

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Trabajar mientras se estudia permite, además, darle sentido a lo que se aprende. No es lo mismo escuchar hablar de lead time o picking en una clase, que haberlo vivido durante un turno completo. Esa vivencia no reemplaza el conocimiento teórico, pero lo complementa, lo tensiona, lo enriquece. La universidad tiene la oportunidad de hacer de ese cruce una fortaleza, si se plantea acompañar, sistematizar, validar. No se trata de bajar exigencias, sino de reconocer otros modos de aprender, otras formas de construir saber, que no siempre pasan por el aula.

Qué podríamos mejorar

Si pensamos en una formación que esté a la altura de las necesidades actuales del sector logístico, es indispensable reforzar el vínculo con las herramientas tecnológicas que hoy marcan el estándar a nivel mundial. La formación universitaria debe acercar al estudiante a los sistemas reales de gestión logística, al uso de datos para la toma de decisiones, y a las soluciones digitales que ya son parte cotidiana en muchas operaciones. Tecnologías como la inteligencia artificial aplicada al pronóstico de demanda, la automatización de almacenes, y el uso de robots autónomos para tareas repetitivas ya no son escenarios futuros: son el presente en muchas industrias.

Más que una visión idealizada de los procesos, lo que necesita el profesional logístico es una mirada orientada a la resolución práctica de problemas, con eficiencia, criterio técnico y comprensión de contexto. La logística es, ante todo, un área de servicio para la industria. Su función no es solo mover productos, sino garantizar que lo haga en tiempo y forma. Por eso, el profesional debe estar preparado para identificar cuellos de botella, tomar decisiones bajo presión y adaptarse a entornos cambiantes. Integrar estos desafíos reales al proceso formativo —desde el estudio de casos reales hasta el uso de software y herramientas aplicadas— es clave para formar perfiles que puedan aportar valor desde el primer día.

La universidad como puente, no como barrera

Formarse en logística mientras se trabaja en logística no debería ser un problema. Debería ser una oportunidad para construir conocimiento situado, para formar profesionales que comprendan tanto los modelos como los márgenes, tanto las herramientas como sus límites. La universidad —pública o privada— tiene el desafío de acompañar trayectorias reales, valorando la diversidad de recorridos y contextos. No pedimos que sea más fácil: pedimos que sea posible. Que quienes trabajamos, estudiamos y soñamos con crecer en este campo podamos hacerlo sin tener que rendir pruebas extra que poco dicen sobre nuestras capacidades reales. Que podamos recibirnos, aportar y transformar, desde el lugar que cada uno ocupa.

Y en ese camino, no se puede perder de vista que, incluso con toda la tecnología disponible, la logística sigue siendo una actividad profundamente humana. Los procesos automatizados conviven con equipos de personas que hacen posible la operación cada día. La gestión de turnos, la coordinación de tareas, los conflictos sindicales, las negociaciones, los errores humanos y las soluciones colectivas son parte estructural del trabajo logístico. Formar buenos profesionales también implica formar personas capaces de liderar, escuchar, adaptarse y trabajar con otros. La tecnología potencia, pero no reemplaza la necesidad de construir equipos sólidos, justos y preparados para los desafíos que impone cada día la cadena de suministro.

14 de agosto del 2025

LOG-IN FARMA fue distinguida por ABBOTT Nutrition con el premio “Provider of the Year 2024”, reconocimiento que la califica como proveedor logístico sobresaliente. La compañía argentina se convierte así en el primer proveedor del país en recibir esta condecoración a nivel global.

ABBOTT Nutrition, líder internacional en productos de nutrición y presente en más de 160 países, destacó el desempeño de LOG-IN FARMA en la gestión de almacén, acondicionamiento y distribución para su división de nutrición en Argentina. La colaboración se orienta a garantizar la eficiencia de la cadena de suministro local.

La división de nutrición de ABBOTT produce y comercializa marcas reconocidas como Glucerna, Pedialyte, Pediasure y Ensure, productos esenciales para la salud y la calidad de vida de miles de personas en Argentina. LOG-IN FARMA actúa como socio estratégico en la logística de estos productos, asegurando su disponibilidad y correcto manejo.

Pablo Viner, Director de LOG-IN FARMA, expresó: “Estamos muy orgullosos de este reconocimiento! Pensar que hace cerca de 7 años recibimos al equipo de ABBOTT por primera vez en LOG-IN y en dicho momento trabajamos en interpretar lo que buscaban y pretendían y pudimos materializarlo.”

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El 17 de julio, ABBOTT Nutrition celebró en Columbus, Ohio, Estados Unidos, su ceremonia anual de premiación, reuniendo a sus principales socios logísticos para reconocer la calidad y el compromiso demostrados durante el último año. El encuentro destacó la importancia de la colaboración estratégica en la operación global de la empresa.

Vinitzky, Gerente General de LOG-IN FARMA, señaló: “Este premio refleja no solo el trabajo conjunto, sino también la sinergia construida sobre valores compartidos, acuerdos sólidos y, sobre todo, la confianza entre personas profesionales comprometidas con un mismo propósito: buscar la mejora continua focalizada en los pacientes. Lo mejor de esta alianza no está solo en lo que hacemos, sino en cómo lo hacemos: juntos.”

19 de mayo del 2025

Durante un encuentro empresarial organizado por la Embajada de España en Argentina y otras entidades binacionales, el fundador y director general de Assekuransa, Juan Ángel González Insaurralde, compartió la experiencia de expansión de la firma hacia Europa y anunció que el continente será clave para el crecimiento del grupo de cara a 2030.

El evento, centrado en las oportunidades que ofrece Madrid como puerta de entrada a la Unión Europea, fue el marco en el que Assekuransa fue destacada como “caso de éxito” tras haber constituido una compañía de seguros y reaseguros en la capital española. La aprobación por parte de la Dirección General de Seguros de España se concretó en diciembre de 2023, y la operación comenzó oficialmente en abril de 2024.

González Insaurralde explicó que, pese a las tensiones que atraviesa el comercio internacional, la decisión de instalar una base operativa en Europa responde a las sólidas perspectivas del sector y al objetivo de fortalecer la presencia del grupo en los mercados más dinámicos. La subsidiaria europea, Assek Europe, ya tiene capacidad para operar en toda la Unión Europea. Este paso representa un avance estratégico para el grupo, que nació en Argentina hace más de tres décadas y hoy tiene operaciones activas en Argentina, España, México y Estados Unidos, además de una alianza con un socio estratégico en Alemania.

«Entendemos que el comercio internacional es un enorme generador de oportunidades. Definimos nuestra misión como asegurar esas oportunidades. Lo hacemos mediante tres productos muy específicos, que son los seguros de responsabilidad civil para los agentes de carga, los seguros de mercancías, y los seguros de caución», explicó Insaurralde.

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Actualmente, Assekuransa presta servicios a más de 1.800 clientes, emite unas 90.000 pólizas por año y asegura mercancías por un valor superior a los 5.000 millones de dólares. La empresa cuenta con una calificación A+ por parte de Moody’s Internacional y emplea a cerca de 100 personas en sus distintas oficinas. «Aspiramos a tener una presencia en Europa como la tenemos en Latinoamerica. Es un plan ambicioso. Pero nos tenemos mucha fe», completó Insaurralde.

Además de su actividad principal en seguros, el grupo opera la compañía aérea Classe Stelle, con base en Buenos Aires. Esta firma ofrece vuelos privados para pasajeros, servicios sanitarios y transporte de carga liviana dentro de Argentina y Sudamérica, ampliando así su alcance en el sector logístico. La expansión europea forma parte de un plan más amplio de crecimiento global que buscará consolidar el negocio internacional de Assekuransa en los próximos años, con foco en mercados de alto potencial y en el fortalecimiento de su red operativa.

4 de febrero del 2025

El sector retail enfrenta un escenario desafiante en el que la prevención de pérdidas y la experiencia del consumidor se han convertido en prioridades urgentes. De acuerdo con el 17.º Estudio Global del Consumidor de Zebra Technologies, el 92% de los empleados minoristas está preocupado por el impacto del robo y las pérdidas en sus tiendas, mientras que un 75% de los minoristas siente una creciente presión para minimizar estos incidentes. Esta situación ha llevado a un aumento en la inversión en tecnologías como inteligencia artificial, cámaras de seguridad y sensores, herramientas clave para detectar amenazas y evitar fugas de inventario.

A pesar de estos esfuerzos, los consumidores han manifestado su frustración con la falta de personal en las tiendas y la creciente presencia de productos bloqueados en vitrinas como medida de seguridad. Un 79% de los compradores considera molesto que los artículos estén asegurados, mientras que un 64% menciona la dificultad de encontrar un empleado disponible para brindar asistencia. Estas condiciones han llevado a que uno de cada cinco consumidores abandone una tienda sin comprar lo que necesitaba, un problema que ha empeorado en los últimos años.

El estudio también revela que la satisfacción general de los compradores ha disminuido ligeramente en comparación con el año anterior. En 2023, el 87% de los consumidores estaba conforme con sus experiencias en tienda y en línea; en 2024, estos porcentajes descendieron al 86% y 83%, respectivamente. Factores como la falta de opciones de devolución eficientes, dificultades para confirmar inventarios y precios, y la escasez de personal han influido en esta tendencia a la baja.

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El autopago ha sido identificado como una herramienta clave para mejorar la experiencia del consumidor. El 83% de los compradores considera que estas opciones optimizan su proceso de compra; sin embargo, el 68% cree que las alternativas de pago son insuficientes. En paralelo, un 72% de los compradores está preocupado por la falta de ayuda por parte de los empleados, situación que también afecta a los propios trabajadores, ya que un 83% de ellos indica que les resulta complicado obtener apoyo oportuno cuando lo requieren.

Crece la necesidad de adecuar las estrategias

Ante esta realidad, los minoristas están incrementando sus inversiones en tecnología. Un 71% planea aumentar su presupuesto en 2025 para implementar soluciones digitales que optimicen la gestión del inventario, mejoren la comunicación en tiempo real y prioricen tareas. La automatización también juega un papel clave en este proceso: el 48% de los minoristas planea utilizar RFID para localizar productos, mientras que el 46% apuesta por la monitorización en video y las alertas de falta de stock.

Uno de los mayores desafíos es mantener un equilibrio entre seguridad y experiencia del consumidor. Si bien el 69% de los compradores está preocupado por los altos niveles de robos en tiendas, el 80% teme que los minoristas aumenten los precios para compensar estas pérdidas. Además, el 81% de los consumidores está alerta ante posibles aumentos derivados de la inflación, lo que podría impactar su capacidad de gasto.

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A nivel regional, el informe destaca diferencias significativas. En América Latina, el 66% de los consumidores abandona las tiendas sin todos los productos que necesita, la cifra más alta a nivel mundial. En Norteamérica, el 57% de los minoristas reporta un aumento en las tasas de pérdida en el último año, mientras que en Europa, el 60% planea adoptar tecnologías como RFID en los próximos cinco años.

El informe de Zebra Technologies deja en claro que los minoristas deben adaptar sus estrategias para recuperar la confianza de los consumidores y mejorar la eficiencia operativa. Conocer mejor a sus clientes, garantizar disponibilidad de productos, optimizar procesos de pago y brindar a los empleados herramientas digitales adecuadas son pasos fundamentales para afrontar los desafíos del sector y mantener la competitividad en un mercado en constante evolución.