A pesar de las múltiples medidas restrictivas derivadas de la crisis sanitaria global, todos los países del mundo comprendieron la importancia de priorizar la continuidad del comercio exterior. Sin embargo, fueron muchas las dificultades que, sobre todo al inicio de la pandemia, debieron enfrentar los transportistas en todo el mundo a la hora de cruzar fronteras y atravesar diversas jurisdicciones para cumplir con sus operaciones.
Si bien la llegada de las vacunas configura un nuevo escenario global en relación a la gestión de la pandemia, la problemática está lejos de ser superada, e incluso en muchos países de Sudamérica la situación está empeorando y se están analizando nuevas restricciones a los viajes internacionales, lo que podría volver a impactar al tránsito internacional de cargas terrestres.
Federico Gardoni, coordinador del departamento Internacional del integrador logístico iFLOW, comparte con Énfasis Logística Sudamérica su experiencia en la gestión de una operación de transporte internacional entre Argentina y Brasil, signada por las complicaciones vividas por el autotransporte de cargas durante el inicio de la pandemia en 2020. Un verdadero reto logístico que vale la pena repasar para su análisis y para estar mejor preparados ante un eventual nuevo escenario restrictivo que podría afectar a toda la región, considerando que el actual epicentro de la pandemia es precisamente nuestro principal socio comercial regional, Brasil.
Énfasis Logística Sudamérica: ¿Cuáles fueron las características de esta operación que desarrolló iFLOW entre Argentina y Brasil durante los primeros meses de la pandemia?
Federico Gardoni: Se trató de una operación de transporte internacional de bórax entre Campo Quijano, en Salta Argentina, y el estado de San Pablo en Brasil. El bórax es un producto químico comúnmente utilizado en la elaboración de detergentes, desinfectantes, suavizantes y jabones, se usa también en agricultura como pesticida y abono foliar, en joyería, y para la fabricación de vidrio, cerámica y esmaltes entre otros productos. Es decir que se trata de un insumo productivo, cuyo abastecimiento resulta esencial para la continuidad de la las líneas de producción de diversas industrias.
En cuanto a las características técnicas de la operación, si bien es un producto químico el mismo no está catalogado como peligroso y su presentación era en Big Bags paletizados de 1100 kilos cada uno, que debíamos retirar de la planta en Salta cumpliendo rigurosamente con los tiempos del dador de carga, ya que el mismo necesitaba el retiro del material terminado para poder continuar con su producción.
É.L.S : ¿En contextos normales, como era el desarrollo de esta operación?
F.G: Previo a la pandemia, se trataba de una operación relativamente sencilla, donde nosotros operábamos un camión brasilero que iba hasta Salta a cargar para luego hacer aduana para retornar a Brasil y seguir su viaje hasta San Pablo, sin necesidad de ningún trasbordo ni operación adicional.
É.L.S : ¿Qué complejidades adicionales generó el contexto de pandemia?
F.G: Con la llegada de la pandemia y sus restricciones asociadas, entraron en juego diversos aspectos relacionados con las medidas para contener la expansión del virus, entre los que se destacan: la necesidad de que tanto el camión como el chofer fueran de nacionalidad argentina, el chofer debía contar con certificado médico emitido por la provincia de Salta, y con un completo equipo de seguridad personal.
Estas medidas nos obligaron a reformular completamente la operación. Ante la imposibilidad de contar con camiones brasileros como lo hacíamos habitualmente, debimos acordar con una empresa local de Salta para realizar el pick up en planta y luego almacenar en un depósito de la misma ciudad, donde aforábamos varias cargas para luego realizar un segundo trayecto hacia la frontera de Paso de los Libres/Uruguayana.
Una vez arribado en Paso de los Libres, realizábamos un segundo trasbordo a un camión de nacionalidad brasilera para hacer aduana argentina y posterior cruce a Uruguayana. Al momento de realizar este nuevo trasbordo, enviábamos nuestro personal operativo al lugar para supervisar que el mismo se realice eficientemente. Liberado el proceso por aduana argentina y brasilera, se realizaba la entrega en su destino final Sumaré – San Pablo – Brasil.
É.L.S: ¿Cómo describiría el rol del integrador logístico ante esta situación
F.G: El rol del integrador logístico resultó clave para dotar a la operación de la flexibilidad necesaria para que pudiera seguir desarrollándose. Para ello debimos sortear una a una todas las complicaciones que surgían y adicionalmente de forma completamente remota, ya que no podíamos viajar personalmente por las restricciones hasta el lugar.
En la operación surgieron muchas problemáticas adicionales, como por ejemplo, que los big bags venían paletizados de piso, pero sobre los mismos se cargaba otro big bag suelto, lo que generaba múltiples trastornos a la hora de realizar todos los trasbordos que exigía la nueva situación, que claramente no se manifestaban bajo la operación en condiciones normales.
Y desde luego un gran impacto en los costos, porque no es lo mismo contratar un camión para una operación de larga distancia, que cuatro camiones para operaciones cortas.
Finalmente, y a pesar de todos los imprevistos, pudimos cumplir exitosamente con la operación del cliente gracias al trabajo en conjunto y el compromiso de todos los sectores involucrados de la compañía.
Nota publicada en RevistA Énfasis Sudamenricana, edición Marzo 2021. Ingresá aqui.
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