En el panorama político actual, tras la derrota del oficialismo en las PASO, el Gobierno Nacional comenzó a tomar una serie de medidas a fin de revertir los resultados de las elecciones Primarias realizadas en septiembre. La más reciente de ellas, en el ámbito del transporte, tuvo lugar el pasado 12 de octubre y se trató del anuncio de la Ley de Promoción de la Movilidad Sustentable. Alberto Fernández junto a el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, el secretario de Asuntos Estratégicos de la Nación y presidente del CES, Gustavo Beliz, y el CEO de la filial local de la automotriz japonesa, Daniel Herrero, brindaron detalles de la iniciativa tras recorrer la planta Toyota en la ciudad de Zárate.
El presidente declaró de “interés nacional y estratégico” el diseño, el desarrollo y fabricación de medios de movilidad propulsados por energías alternativas. Por consiguiente, además de la generación de empleo, el objetivo de la propuesta es la reconversión y la utilización de vehículos sustentables, de producción nacional, y plantea una serie de beneficios fiscales para estimular la demanda y promover una fuerte inversión en la industria automotriz.
¿De que trata el proyecto?
Muchos países han tomado a la sustentabilidad como eje para el desarrollo de sus industrias y la Argentina no quiere quedarse rezagada en ese aspecto. El foco está en la posibilidad de tomar la delantera en la reconversión del sistema de movilidad, gracias a las ventajas comparativas de nuestro país: abundancia de materias primas (cobre, litio y energías renovables), un tejido autopartista robusto y recursos humanos y técnicos de alto nivel. En ese contexto, la ley propone una ventana de oportunidad para reposicionar y ampliar capacidades de la industria automotriz argentina en el mundo, promover inversiones por 8.300 millones de dólares, crear más de 20 mil puestos de trabajo calificado y obtener un ahorro acumulado de 10.7 millones de toneladas de CO2.
El proyecto en concreto propone crear un Régimen que promoverá el diseño, investigación, innovación, desarrollo, producción, comercialización, reconversión y/o utilización de vehículos propulsados por fuentes de potencia no convencionales, estimulando la utilización creciente y sostenida de este tipo de vehículos, en todas sus modalidades: livianos, medianos, pesados, de pasajeros, de carga, la micromovilidad, los experimentales, entre otros. Además, propone al 2041 como fecha límite: desde entonces no se podrán comercializar vehículos con motor de combustión interna nuevos en el territorio nacional.
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