La identificación de quienes viajaron desde el exterior hacia nuestro país, ya sean residentes o turistas, fue esencial a la hora de detectar los primeros casos, porque permitió conocer si esos casos fueron importados o contagiados por proximidad con un infectado. En tal sentido se trabajó minuto a minuto desde el primer día requiriendo declaraciones juradas, poniendo a disposición servicios como el del SAME, determinando aislamientos o informando desde todos los medios de comunicación existentes qué medidas y cuidados debe tener cada ciudadano de cualquier lugar del país.
Hoy que la pandemia avanza, los controles se ajustan y no pueden resultar pocos, sobre todo cuando se conoce lo que sucede en aquellos puntos del globo donde se actuó tarde. El movimiento de las personas y sus círculos de contacto debe ser cada vez más minucioso, y también la trazabilidad del material utilizado por el sector de la salud y por el de seguridad que trabaja en las calles.
La trazabilidad de medicamentos y material de uso sanitario, está basada en la identificación de cada unidad, y también en la de las ubicaciones dentro de las plantas de producción, para lo que el camino más seguro es el de la utilización de sistemas estándares que permitan seguridad en los datos informados, así como también en la administración del stock existente, indispensable para un rápido suministro.
La Organización Mundial de la Salud desarrolló listas de productos médicos prioritarios para “procedimientos específicos de prevención, diagnóstico, tratamiento o rehabilitación llevados a cabo en la mayoría de los centros de atención médica”, cuya trazabilidad implica seguridad a la hora de su utilización. Con la utilización de un identificador estándar en la industria es más fácil administrar los datos y alcanzar una mejor visibilidad.
Según un reciente informe de Interpol del 19 de marzo, el brote de coronavirus no quedó exento de la circulación de artículos médicos falsificados. En circulación en el mundo se incautaron barbijos falsificados, desinfectantes de manos de baja calidad, y medicamentos antivirales no autorizados. A partir de esto, más de 90 países participan en acciones colectivas contra “esta práctica” que debemos alertar.
Ante esta situación Argentina cuenta con herramientas aptas para intensificar y profundizar las medidas ya tomadas, como por ejemplo los estándares de identificación que se utilizan en primer lugar en productos de consumo masivo como alimentación, higiene del hogar o personal, y también desde hace más de 20 años en el sector de la salud.
La trazabilidad en el sector de la salud rige en nuestro país desde el año 2011 por disposición de ANMAT, y su resultado ha sido superador ya que permite mantener la identificación de una cantidad de medicamentos no sólo por su código sino también por el número de lote, fecha de vencimiento y número de serie. La gestión de circulación de estos productos garantiza a todos los eslabones involucrados de la cadena (laboratorios, droguerías, centros de salud, farmacias y pacientes) la administración segura y precisa de los datos compartiéndolos con un lenguaje estándar, y por sobre todo le garantiza al paciente el suministro de medicamentos auténticos evitando falsificaciones y adulteraciones.
Argentina propone “cuidémonos entre todos”; respetemos las indicaciones de autoridades, personal de la salud y personal de la seguridad que trabajan sin descanso velando porque esta pandemia no avance entre nosotros. Para eso tendremos que tomar todos los recaudos y por sobre todo controlar que todo lo que llega a nuestras manos no provenga de sectores no confiables, adquiriendo productos identificados y trazables. Tomemos conciencia de que de ahora en más deberíamos incorporar más y más controles con nuevos medicamentos y muy pronto con nuevas vacunas para la seguridad ante cualquier situación.
Hoy estamos frente a una nueva oportunidad para seguir trabajando más fuertemente en la mejora de la cadena de salud y llegar a una trazabilidad de medicamentos de punta a punta y a un registro de tratamientos que aseguren la salud de las personas.
Cada uno desde su lugar de trabajo puede ayudar, y nosotros lo hacemos poniendo a disposición los estándares abiertos e independientes de la tecnología a través del Sistema Global GS1 para que los tan conocidos “códigos de barras” y sus sucesores como el Datamatrix, el QR o la RFID sigan identificando la autenticidad de los productos y los medicamentos. El estándar Global de Trazabilidad GS1-GTS permite definir y alinear los requerimientos del sector en forma local y global para garantizar la interoperabilidad y compatibilidad entre los distintos sistemas que implemente cada actor de la cadena verificando el correcto funcionamiento de los sistemas de trazabilidad.
(*) El autor es Gerente General, GS1 Argentina.