Rodrigo Zarazaga, sacerdote jesuita y presidente del Centro de Investigación y Acción Social (CIAS), y Hernán Sánchez, presidente de la Cámara Empresaria de Operadores Logísticos (CEDOL), son protagonistas de #SeamosUno, una iniciativa creada exclusivamente para combatir el hambre causado por la crisis sanitaria y económica del coronavirus.
Ambos referentes participaron del 3er Seminario organizado por la Fundación Andreani, “El Rol de la Logística en la Ayuda Humanitaria”, donde brindaron detalles de #SeamosUno, un esfuerzo multisectorial que además de combatir el hambre en los sectores más vulnerables, visibiliza una problemática estructural argentina y deja grandes enseñanzas de cara al futuro.
“#Seamos uno se propuso el objetivo de llegar a un millón de familias con cajas que contienen productos alimenticios y de higiene. El proyecto se propone distribuir en total 56 millones de raciones, lo que tiene escala de estado, a partir de una gran eficiencia en el armado y distribución de esas cajas”, Señala Rodrigo Zarazaga, quien celebra misa en la Villa 31, es Politólogo y estudioso de los fenómenos sociales.
“Recorro mucho las villas del conurbano, que concentra el 40% de la pobreza del país y más de 1/3 de la población en menos de 0.5% del territorio nacional. En estos recorridos notaba que junto con el miedo a la amenaza del COVID, había una realidad que se imponía aún con más fuerza, que es el hambre. Argentina vive una cuarentena muy dura, con mucha gente que no puede salir a trabajar y se ve hambre, fundamentalmente de dos tipos de personas: por un lado las que siempre vivieron de un plan social y una changa, pero también del laburante, como el peluquero o gasista, que nunca pidió ayuda social pero que de golpe se encontró ante una situación inédita, sin ingresos y sin capital ahorrado. Esta situación me recordó mucho a 2001 y no quise ser un mero espectador, entonces decidí hablar con empresarios y diversas organizaciones y la respuesta inmediata fue: comida y logística, y así terminamos involucrados en este plan, que busca llevarle alimentos a más de 4 millones de argentinos”, destaca el titular de CIAS.
El sacerdote precisa que a partir de estas acciones se visibiliza el hecho de que en Argentina existen dos mundos muy distantes, que es preciso acercar, “Los camiones de Celsur o Andreani no están preparados para circular por las villas. Con el primer camión casi dejamos sin luz a todo un barrio, porque los cables van muy bajo y nuestros camiones son muy altos. Son mundos muy separados que no se conocían y con la pandemia descubrimos que somos parte de un mismo país, y que Argentina no tiene solución si no conectamos estos mundos. Y con #SeamosUno encontramos una manera de hacerlo, porque muchos empresarios de forma anónima pudieron estar presentes en una villa entregando estas cajas, emocionándose, y dándose cuenta, por ejemplo, el porqué es tan importante que en las cajas haya detergente y duraznos, porque vieron lo importante que es para muchas familias. El secreto del éxito de la iniciativa fue unir mundos diversos, incluso desde su organización, ya que no solo es un proyecto de la iglesia católica, sino un proyecto muy abierto en el que se da lugar a los otros, con el objetivo de tratar de entender su mundo, lo que supone flexibilidad en cuanto a las propias normas para poder aceptar a ese otro”.
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El compromiso de la logística argentina
“La actividad logística en general ha tomado una relevancia muy importante en esta pandemia y ha demostrado estar a la altura de las circunstancias”, destaca Hernán Sánchez, presidente de CEDOL, la cámara desde donde se articuló el aporte de las empresas logísticas que están haciendo posible la distribución de las cajas de productos de #SeamosUno, para cubrir las necesidades básicas de un millón de familias.
“En estas difíciles circunstancias hemos mostrado un nivel de eficiencia y calidad que ha permitido que no se produjeran desabastecimientos. La población está tranquila en todo lo que hace a la disponibilidad de productos para la vida cotidiana y eso es un gran mérito de las empresas que trabajan en el sector, y de cómo están desarrollados nuestros procesos en forma sustentable. Creo que el uso de la tecnología y tener modelos logísticos que permitan ser sustentable son lo que a Argentina le ha posibilitado sostener durante este tiempo una cuarentena de forma eficiente”, señala Hernán Sánchez.
El proyecto #SeamosUno surge como una iniciativa de Rodrigo Zarazaga, quien convocó a CEDOL, y desde la cámara que agrupa a las principales empresas logísticas de Argentina se aportó toda la logística de la iniciativa. Desde CEDOL se propuso el modelo de cajas, las cuales fueron pensadas por expertos en términos de nutrición y contemplando también las necesidades básicas de aseo.
De acuerdo con el titular de CEDOL, el proyecto se basó en cinco pilares:
1. El desafío de la escala. Tenemos el objetivo de llegar a un millón de cajas, que son 56 millones de raciones de comida. Lo que equivale a invitar a más de una vez a comer a todos los argentinos. Es el proyecto de iniciativa privada con mayor escala de la historia en términos de asistencia alimentaria. Un gran desafío que, por suerte, los hechos muestran que vamos a poder cumplir.
2. Eficiencia. Para lo que se convocó a especialistas en cada instancia. CEDOL jugó su rol en la logística, pero hay un montón de actores que son los número uno en su sector y que aportaron eficiencia en las distintas partes del proceso.
3. Transparencia. Todos sabemos que la política genera cierta dicotomía al momento de sumarse a estos proyectos o de definir cómo participar. La transparencia fue un valor no negociable, por también forman parte empresas de auditoría que aportaron su trabajo.
4. Cooperación. En términos de sectores que comúnmente compiten, e incluso de diversas religiones, lo cual es un gran valor.
5. Territorialidad. Llegar a quienes realmente los necesitan sin intermediarios.
“Llegamos a casi 350 mil familias que han recibido una caja con alimentos y tenemos en stock otras 250 mil cajas, acumulamos donaciones por casi 550 millones de pesos. El objetivo del proyecto ronda los 800 millones de pesos, así que todavía nos falta un poco para asegurar ese millón de cajas al que queremos llegar. El valor al que las estamos produciendo, desde ya con muchas donaciones, es de algo menos de mil pesos, ya que su valor de mercado está en el orden de los tres mil pesos”, detalla Sánchez.
En cuanto a lo operativo, el representante del sector logístico precisa: “El armado de las cajas se hace en líneas de producción, con un planeamiento de recepciones, órdenes de compra, acopio de stock, una línea de montaje en forma secuencial en base a un orden de apilabilidad y demás factores que definimos para el armado de la caja, que luego se palletiza, se stockea, se entrega y se georeferencia. Es un modelo logístico sencillo pero complejo en cuanto a su escala y la necesidad de llegar a lugares donde la logística de consumo masivo no llega de forma directa”.
Sobre lo inédito de la situación actual y su gran alcance, finalmente reflexiona: “El país tiene una capa de carenciados a la cual el Estado llega de alguna forma o de otra de forma habitual, como uno de los grandes problemas que tiene Argentina. Pero este proyecto va hacia aquella familia o aquel trabajador que tenía su ingreso y que era autosuficiente para poder vivir dignamente y que por la pandemia perdió su trabajo, su fuente de ingreso. De ahí la selección y la forma de distribución de entrega de cajas a cada familia”.
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