Por: Alejandro Mascó. Socio de MR Partners, consultora estratégica de recursos humanos.
La cuarentena por Covid-19 se instaló de la noche a la mañana y todo el ecosistema laboral construido cotidianamente de pronto se digitalizó y comenzó a navegar entre mails y videoconferencias. Hoy vemos que los vínculos se transforman y, con ellos, nuestras organizaciones. Tradicionalmente, el paradigma vincular en las empresas está fundado en la comunicación directa y la escucha activa, el feedback y el liderar a través del ejemplo. No sabemos todavía cuál será el verdadero impacto que dejará la pandemia, pero sí que la readaptación abrirá nuevas formas de ver y valorar los vínculos.
Son cuatro las generaciones que se interrelacionan y trabajan en las corporaciones:
- Los baby boomers
- Los X
- Los Y
- Los Z
Pre pandemia, cada generación brindaba sus fortalezas dentro del entorno laboral, pero todo cambió.
El concepto “human centric”
En la actualidad, en las corporaciones, hay una necesidad de volver a la oficina. Dentro de la interrelación humana entre generaciones se coloca en valor el concepto de “human centric”, que se basa en centralizar la vida laboral en las relaciones. En este sentido, es importante el ajuste vincular porque todos tenemos una necesidad de vincularnos. Para algunas generaciones fue más fácil que para otras, quizás tiene que ver con la flexibilidad. Las generaciones más jóvenes llevan en el ADN la tecnología. Los más experimentados intentaron llevar tranquilidad al grupo, mientras que otros se enfocaron en lo que estaba a su alcance para encontrar una solución. A pesar de lo inesperado, el encuentro resultó en un gran aprendizaje para todos. La posibilidad de escucharse y complementarse era el primer paso para formar un equipo diverso de trabajo.
Las cuatro generaciones fueron impactadas por el nuevo contexto, cada una tiene algo para aportar y algo para aprender. A los más jóvenes se les dificulta poder relacionarse con los contactos al ser todo virtual, la generación de los X tratará de entender cómo puede ser la vuelta, todos tendrán que respetar los protocolos, y será un tema importante, y un desafío para las áreas de recursos humanos.
El olfato virtual
Estamos en un proceso de aprendizaje continuo y las organizaciones aun no tienen todo definido. Todos quieren volver para estar más cerca, no sabemos si serán dos, tres, cuatro o cinco días, pero lo que sí está demostrado es la importancia de las relaciones afectivas.
Una nueva capacidad necesaria por estos tiempos: el olfato virtual (o la empatía digital); que consiste en la capacidad de las personas de interpretar a través de la pantalla como está el otro. El aislamiento sirvió para romper paradigmas y los líderes lo tienen que tener claro. Las organizaciones deberán poder transformarse.
Las generaciones de baby boomers y X, no creían en las interacciones a través de una herramienta digital, preferían el face-to-face. Este paradigma de que lo “analógico” es más real está perdiendo relevancia a pasos agigantados.
Es hora de romper paradigmas
Este mundo digital impuesto por la pandemia ayuda a construir organizaciones más diversas e inclusivas. Dejamos de percibir mucho respecto del otro, es cierto, hay cosas que no podemos ver, pero la verdadera pregunta es: ¿Eso que vemos nos agrega valor? Y más importante: ¿influye en la capacidad, talento y desempeño del otro?
Los vínculos, la forma de trabajar, los espacios, la vestimenta, la alimentación, muchos factores de nuestro día a día están siendo reconfigurados. Seguramente, muchos empecemos a escuchar ya, no preguntas como, “¿qué día hay home office esta semana?”, sino, “¿cuándo hay que ir a la oficina?”.
Podemos hacer las cosas de manera diferente y bien. Cuando se entiende que lo diferente no está ni bien ni mal, se evoluciona.
Nota publicada en RevistA Énfasis Sudamérica edición septiembre 2021. Ingresá aqui.
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