De acuerdo con la visión del Profesor de la prestigiosa Escuela Wharton de la Universidad de Pensilvania, Mauro Guillén, la pandemia ha funcionado como un gran acelerador tanto de oportunidades como de problemas, que ya estaban allí, pero que ahora se ven potenciados a su máxima expresión. Entiende, también, que la pandemia no va a suponer una transformación radical del sector empresarial, sin embargo, lo más probable es que se vayan a acelerar ciertas inversiones mientras que muchas compañías aprovechen el momento para profundizar en estrategias que tenían que haber adoptado antes de la crisis. Esta transformación va a ser muy notable en la cadena de suministro, pero especialmente intensa en el área del trabajo inteligente y el comercio digital, lo cual, generará numerosos desafíos para el sector.
¿Hacia dónde va la Logística?
En una nota que escribí para esta misma revista a mediados de 2019, había identificado cuatro tendencias logísticas que se irían consolidando en los próximos años, las cuales, reitero a continuación:
1. Operadores altamente flexibles con un capital humano de excelencia:
Por un lado, la situación geopolítica internacional está generando un alto grado de incertidumbre y volatilidad con consecuencias tanto para las cadenas de abastecimiento globales como regionales o locales. La interrupción de las cadenas, la oportunidad de desarrollar nuevas o bien los cambios abruptos de volúmenes van a requerir un fuerte grado de flexibilidad de todos los operadores del negocio logístico. En este contexto aquellos que cuenten con empresas no basadas en activos, con una gran capacidad colaborativa con socios estratégicos y capital humano de excelencia serán los que permanezcan en la punta del cambio, “creando el mundo”, encontrando un nuevo camino para emigrar hacia el futuro, reinventando las reglas y cuestionando constantemente el status quo.
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2. Operadores sustentables:
Cada vez más las empresas con presencia global están interesadas en contar con socios alineados a su estrategia de reducir el impacto ambiental de sus operaciones. Es así que muchos dadores de carga han comenzado a solicitar a sus proveedores la medición del impacto ambiental de su negocio y, a partir de allí, generar planes para trabajar en la reducción del mismo.
3. Operadores con alto nivel de servicio:
Según un estudio llevado adelante por IDC (International Data Corporation), el comercio electrónico crecerá un 24,5% en América Latina durante el 2018. Este inexorable crecimiento va a requerir de proveedores con una logística más rápida, personalizada y sumamente eficiente. Cada vez son más los clientes que exigirán recibir su pedido en el punto que ellos designen durante el mismo día, o inclusive en las próximas horas, por lo cual, las empresas deberán optimizar sus procesos para que el cliente pueda satisfacer su necesidad en el menor tiempo posible. Ya hay empresas que han detectado esta tendencia y están trabajando fuertemente en cómo mejorar la gestión de la última milla, lo que implica contar con diversos puntos de recogida de producto (click & collect), flotas más ligeras (motos, bicicletas hasta helicópteros), eficiente planificación de las rutas y una gran capacidad de coordinación tanto con el cliente como con el resto de los actores de la cadena de abastecimiento.
4. Operadores con un fuerte perfil tecnológico:
La inteligencia artificial, la robotización, internet de las cosas, Big Data y las redes móviles 5 G son todas herramientas que ayudarán a las empresas a mejorar la eficiencia desde, por ejemplo, el manejo de las flotas tanto como la gestión de los stocks y su nivel de servicio al cliente, a partir de la visibilidad y control de la cadena de abastecimiento. Sin embargo, la tecnología en la logística tiene todavía mucho camino que recorrer, sobre todo en empresas pequeñas que no pueden invertir grandes cantidades en este tipo de proyectos. Pero no olvide que aquellas organizaciones que corran el riesgo y que trabajen fuertemente en la aplicación de las mismas en sus operaciones serán las que obtengan mayores beneficios a mediano y largo plazo.
Revisando dichas tendencias, y tal como sostiene Mauro Guillén, la Pandemia ha funcionado como un gran catalizador que ha precipitado la necesidad de adaptarse rápidamente a estas cuatro realidades que ya estaban a la vista de los expertos hace tiempo atrás. Aquellos que supieron liderar esos cambios, hoy son grandes ganadores de la crisis que toca atravesar. Aquellos que venían rezagados, probablemente desaparecerán o habrán dejando pasar valiosas oportunidades.
La Logística en un mundo post COVID 19
Indudablemente, la logística aprenderá una lección de esta nueva experiencia y no volverá a ser exactamente la misma de antes. La pandemia ha provocado un replanteamiento de la relación entre clientes y proveedores lo que se verá reflejado en una serie de nuevos desafíos para todos los jugadores de la cadena de abastecimiento:
Cadenas de abastecimiento no sólo eficientes sino también seguras:
Esta crisis dejó en evidencia que el Just in Time (JIT), una filosofía empresarial que se sustenta en el principio de cero desperdicios y que se traduce a nivel logístico en una política de mantenimiento de inventario bajos, provocó que muchas empresas tuvieran roturas de inventario que llegaron a generar las paradas de sus plantas de producción o desabastecimiento a sus clientes. Por lo cual, muchas empresas se sumarán al principio “Just in Case” (JIC), por el cual, las cadenas van a buscar un equilibrio entre eficiencia y resistencia con el objetivo de ganar confiabilidad en caso de sufrir embates externos tales como crisis sanitarias, un terremoto o bien una guerra comercial como la que mantuvieron China y Estados Unidos en 2019.
Mayor automatización con transformación del capital humano:
Esta pandemia está creando incentivos muy fuertes para la automatización, dado que las medidas de confinamiento y distanciamiento social se van a tener que mantener a mediano plazo. Por un lado, la parada de muchas empresas está permitiendo a sus empleados dedicar más tiempo a mejorar el conocimiento en nuevas tecnologías y soluciones para la automatización, así como la aplicación de éstas en sus operaciones. Por otra parte, la robótica y la automatización están jugando un papel fundamental durante esta crisis sanitaria, pues ambas permiten que las personas se separen reduciendo las multitudes en el piso de fabricación garantizando que las empresas sigan funcionando. Por último, no hay que dejar de lado la capacitación de la fuerza laboral para que pueda existir un capital humano apto que pueda desarrollar y operar estas innovaciones.
Del trabajo remoto al trabajo inteligente:
Si bien por el tipo de servicios que brinda el sector logístico, donde la mayor parte de su fuerza laboral se desempeña en el plano operativo presencial, sumado a esto la nueva Ley de Teletrabajo que no ha sido bien recibida por el mundo empresarial, pareciera indicar que este modo de organización laboral no será adoptado masivamente por las empresas del sector. Sin embargo, aquí los líderes no tienen que centrarse en pensar en términos de trabajo remoto, sino de trabajo inteligente. El primero consiste en buscar un lugar alternativo para realizar la labor que normalmente desempeña el empleado, y el segundo significa repensar, reconfigurar o reinventar la forma de trabajar.
Sería muy ventajoso, por ejemplo, incrementar la formación de equipos virtuales, grupos que reúnen a las personas más apropiadas para desarrollar una determinada labor aunque estén localizadas en distintos países o locaciones dentro de la Argentina.
Por otro lado, convendría utilizar las herramientas digitales para aumentar la creatividad y la productividad, pues por un lado se produce un ahorro en los desplazamientos y menor inversión en infraestructura y, por otro, se facilita la atracción de talentos que en otras circunstancias difícilmente trabajaría en la empresa.
Maduración express del E-commerce y la E-logistics:
El consumidor ha aumentado las compras por internet durante los meses de confinamiento por cuarentena, lo cual, ha obligado a todas los negocios a potenciar rápidamente la venta online mientras que los operadores logísticos están haciendo todo lo posible para responder a un ritmo de actividad similar a picos de demanda, como por ejemplo, un Cyber Monday.
La gran pregunta que todavía no pueden contestar los expertos es cuántos consumidores van a seguir comprando online al mismo ritmo una vez que la cuarentena se flexibilice. Tanto por los costos como la complejidad de este tipo de operación, todo apunta a que la logística será el mayor reto que deberán afrontar las empresas. Francisco Aranda Manzano, presidente de UNO Logística de España, considera al reparto de bienes como el nuevo marketing del e-commerce: “Como el producto tenderá a ser cada vez más igual, la experiencia de compra y el envío marcará la diferencia entre las compañías”. Como ejemplo, para Inditex el coronavirus puede suponer una oportunidad para crecer en su negocio online. Las ventas de la compañía española cayeron un 44% a lo largo de la crisis sanitaria, y a día de hoy únicamente vende un 14% a través de su página web. La empresa ha anunciado recientemente que va a cerrar hasta 1.200 tiendas para acelerar su estrategia omnicanal.
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Costos logísticos crecientes:
El impacto del COVID-19 en el mundo empresario está llevando a muchas pequeñas empresas a la quiebra. Como solo las grandes empresas con mayores niveles de inventario y mejor performance serán las que sobrevivirán, éstas invertirán en comprar pequeñas empresas al borde del colapso para poder expandirse. Esto llevará a un cambio en el mercado, donde la competencia en cada segmento se reducirá. Como habrá menor número de compañías logísticas ofreciendo servicios se creará una situación de monopolio que podrá redundar en un escenario de tarifas más altas.
Sumado a ello, la mayor complejidad que suponen las operaciones del e-commerce, principalmente, a partir de los altos costos de gestión de la última milla, como la necesidad de contar con mayores niveles de inventario también traccionarán los costos hacia arriba. Por lo cual, será el consumidor el probable eslabón de la cadena que deba asumir los extra costos generados a partir de este cambio de escenario.
Barajar y dar de nuevo
Para Nerhu, discípulo de Gandhi, la vida es como un juego de naipes: “las cartas que te tocan son tu determinismo, pero el modo en que las juegas son tu libre albedrío”. Está claro que en esta pandemia a algunos les tocaron mejores cartas que a otros, sin embargo, tal como señalan expertos jugadores de póker, durante las malas rachas lo fácil es frustrarse, aburrirse y ponerse nervioso pensando que merecemos recibir buenas manos. Sin embargo, todo tiene un lado positivo y otro negativo. Es así que los jugadores habilidosos utilizan estos periodos de inactividad para lograr cierta ventaja, y aprovechar el hecho de no estar directamente implicados en estas manos para planificar mejor el futuro que está por venir.
En el caso de las empresas más afectadas por la pandemia, sus líderes deberían estar desarrollando los talentos necesarios para gestionar el mundo post COVID 19.
A continuación, cito unas palabras que se le atribuyen a Albert Einstein aunque existen muchas dudas acerca de su autoría. Más allá de quien lo haya escrito, la situación que le toca atravesar al mundo, que para muchos es vista como una tragedia, otros la perciben como una verdadera bendición para fomentar el progreso:
«No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar ‘superado’. Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones.
La verdadera crisis, es la crisis de la incompetencia. El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto, trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla.»
Entonces, querido lector, ¿con qué serie de desafíos logísticos va a empezar a trabajar para convertir esta situación actual que le toca atravesar al mundo en progreso?
(*) La autora es MBA (UBS) y Licenciada en Relaciones Humanas y Públicas (UM). Miembro del Consejo de Administración de Parques Industriales de Moreno. Presidente del Operador Logístico, Breccia SA. Conferencista Internacional.
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