Son factores como la globalización, los avances tecnológicos y las mejoras en infraestructuras los que han llevado en los últimos años al incremento y crecimiento de las organizaciones globales. Estas empresas para llevar a cabo sus actividades diarias requieren movilizar insumos y bienes a distintos países de forma eficiente, predecible y en un marco de tiempo. Sin embargo, la gran cantidad de trámites burocráticos suele convertirse en el mayor obstáculo para comercializar internacionalmente, tanto para las grandes empresas globales como para las pequeñas con menor grado de internacionalización.
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Organizaciones internacionales, como la Organización Mundial del Comercio (OMC) y la Organización Mundial de Aduanas (OMA), buscan continuamente uniformar, regular, y facilitar el comercio internacional con constantes análisis de los obstáculos que interfieren en el flujo del mismo. Según cálculos de la OMC: «….en una transacción aduanera media intervienen entre 20 y 30 partes diferentes, 40 documentos, 200 elementos de datos (30 de los cuales se repiten 30 veces como mínimo) y la necesidad de volver a escribir, por lo menos una vez más, entre el 60 y el 70 por ciento de todos los datos.»
Los procedimientos ineficientes se convierten en una pérdida de tiempo lo que supone un incremento de costos para las empresas.
SAFE: facilitación en un marco seguro
En 2005, el Consejo de la OMA aprobó el Marco Normativo para Asegurar y Facilitar el Comercio Global (Marco SAFE). Este conjunto de normas actualizadas periódicamente es un instrumento internacional único que establece los estándares bases, que han sido ampliamente probados y cuyo funcionamiento está comprobado en el mundo, para brindar seguridad en la cadena logística y facilitar el comercio legítimo y seguro. El Marco SAFE también anuncia un nuevo enfoque de trabajo en alianzas entre aduanas, organismos gubernamentales y empresas privadas compartiendo un mismo objetivo basado en la confianza y la transparencia: mejorar la seguridad y eficiencia de la cadena de suministros. Los países que deciden adoptar este Marco reciben asistencia y capacitaciones para su correcta implementación. Actualmente, 169 países miembros de la OMA adhieren a este Marco, entre ellos está Argentina.
El Acuerdo de Facilitación de Comercio (AFC) de 2017 es el primer acuerdo multilateral concertado por la OMC cuyo objetivo principal consiste en establecer medidas estándares de simplificación para la circulación de los bienes a través de las fronteras en un horizonte temporal 2015-2045, logrando una reducción de costos totales 13-14%. En Argentina el acuerdo fue ratificado el 22 de Enero de 2018 por el Poder Ejecutivo, indicando plena adhesión y compromiso con el sistema multilateral del comercio mundial, generando un entorno confiable, previsible y competitivo para las empresas exportadoras e importadoras argentinas y del mundo.
Entre las pautas para agilizar los despachos aduaneros y el flujo internacional, el AFC menciona en la Sección I, Artículo 7, analizar y publicar sobre: ‘el libramiento y despacho de mercaderías, procurando la publicidad de los tiempos promedio de libramiento’. Esto es el tiempo promedio medido en horas y minutos que demoran los procedimientos de operaciones de la aduana de un país en liberar una carga. Su importancia radica en que al poder medir los tiempos promedios se podrá detectar y tomar control sobre los cuellos de botella que obstaculizan el flujo de comercio y eventualmente dirigir los esfuerzos para producir mejoras.
Medir para poder corregir
En el mismo contexto, en 1994 el Comité Técnico Permanente (PTC por sus siglas en inglés) de la OMA desarrolló el instrumento de medición de tiempos necesarios de levante o libramiento de mercadería conocido como Time Release Study (TRS) basándose en iniciativas similares que venían haciendo Japón y Estados Unidos desde comienzos de los años 90s. En 2001 el PTC revisó y actualizó su estudio, dando inicio a la primera versión de la Guía TRS que consiste en un conjunto de directrices para medir los tiempos de levante de cada país miembro de la OMA. En el año 2005, la OMA junto con el Banco Mundial desarrollaron un software que acompaña la Guía para diseñar cuestionarios, recolectar datos, analizarlos y producir informes. Finalmente gracias a la utilidad de la misma, en el año 2018 se publicó la última versión, la número 3 de la Guía TRS.
El TRS nunca se pensó para competir entre países, sino que es una mera guía que ayuda a que cada país detecte procesos ineficientes y pueda implementar cambios. De todos modos, al agilizar los procesos aduaneros, cada país puede mejorar su performance en otros índices internacionales medidos por otros organismos. Éste es el caso de la República de India, que viene implementando cambios a nivel nacional con el objetivo de mejorar su desempeño en el Índice Ease of Doing Business del Banco Mundial, donde pasó de estar en el puesto 146 al puesto 80 en 2018, y en 2019 realizó su estudio TRS que le permitió detectar cuellos de botella, controlarlos, y actualmente posicionarse en el puesto 63 aunque espera acortar tiempos y mejorar aún más su posición, mientras que nuestro país está en el puesto 126 del ranking mencionado.
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Argentina se encuentra ubicada geográficamente lejos de los grandes centros de consumo, localizados principalmente en el hemisferio norte. Según la Cámara de Comercio Internacional la distancia promedio que recorren las exportaciones argentinas es de 8.913 kilómetros para llegar a destino, casi el doble de kilometrajes que la media global (4.000 kilómetros aproximadamente). Esto, sumado a que gran parte del transporte de mercaderías dentro del país se hace por medio de camiones hasta las terminales de puertos, donde se sigue el recorrido ya sea vía marítima o aérea, nos da como resultado un proceso logístico oneroso e ineficiente. Simplificar y facilitar los procedimientos en Aduana llevaría a una reducción en los tiempos y por ende en los costos que incurren las empresas al comercializar internacionalmente. Además les permitiría a las empresas administrar y optimizar las cadenas de suministro ganando competitividad frente a otras empresas. Y a nivel país, Argentina podría mejorar su desempeño medido en otros índices internacionales.
Esta realidad que vive Argentina se repite en varios países del mundo, especialmente en América Latina donde las fallas en la coordinación de la logística y los complejos procedimientos podrían ser los principales responsables en impactar en los tiempos, y en consecuencias, en los costos del comercio internacional.
Experiencia piloto en Argentina
Para el caso particular de nuestro país, reconociendo su perfil agroexportador y el nivel de complejidad que el procedimiento logístico conlleva en todos sus eslabones, cualquier mejora impactará positivamente al sector hacia el desarrollo de sus ventajas competitivas. Por tal motivo, es necesario aplicar una metodología de medición que cumpla los estándares propuestos en la Guía TRS (Versión 3), que permita comprender cómo funciona la Aduana de Argentina y cómo coordina con el resto de los actores públicos y privados implicados desde una mirada integradora, alcanzado excelencia de tiempo en la trazabilidad de levante y despacho de las mercaderías desde que salen de la empresa exportadora hasta que la recibe el importador en su país de destino, sin dejar de lado el control periódico de que todo cambio implementado realmente conlleve las mejoras esperadas
A la fecha, no encontramos publicado en la página del AFIP u otro sitio ningún estudio sobre los tiempos de levante que haya realizado la aduana Argentina, pese a que sigue recomendaciones de la OMA y adhiere al Marco SAFE que en su norma 8, para evaluar el rendimiento, sugiere la realización del estudio de medición de tiempos de levante (TRS). Esta temática está siendo abordada por un equipo de investigación de la Universidad Empresarial Siglo 21 de Córdoba, que se encuentra realizando los relevamientos para una prueba piloto sobre los tiempos promedios de levante, para que los resultados sean de interés y utilidad para todos los intervinientes en un proceso logístico y aduanas del país.
Peter Drucker lo afirmaba ya en sus comienzos ¨Lo que no se mide, no se puede mejorar¨, y es quizás el primer paso que todo actor dentro del comercio internacional debe cumplir para poder permanecer en un contexto tan vertiginoso y de permanente adaptación como lo es para los países latinoamericanos, en consecuencia, analizar conceptos como la facilitación y simplificación en el comercio resultaría sumamente pertinente. De esta forma, los actores implicados en el procedimiento; desde despachantes aduaneros, agentes de carga, empresas importadores y exportadoras, bancos, aduanas, hasta organismos de control e intervención, alcanzarían un desempeño logístico eficaz y eficiente.
(*) Agustina Acevedo Muiños, Licenciada en Comercio Internacional, Leticia Castro Brisson, Técnica Universitaria en Comercio Internacional; ambas de la Universidad Empresarial Siglo 21.
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