A las afueras de Las Vegas los ingenieros de Hyperloop One pusieron por primera vez en marcha este nuevo medio de transporte en un túnel despresurizado casi por completo.
Durante la mañana del 12 de mayo la sala de control de Hyperloop One a las afueras de Las Vegas en Nevada iniciaba los protocolos para la primera prueba del vehículo en el entorno de un túnel real. «Confirmados 5 pascales», repetía el operador principal. La medida de presión dentro del túnel era cercana a cero garantizaba un entorno de apenas rozamiento para el tren motor dentro del túnel. En comparación, a nivel del mar la presión atmosférica es de más de 100.000 pascales.
El túnel de pruebas mide 500 metros de los cuales más de 300 tienen instalados los railes adecuados para las pruebas. El concepto de Hyperloop es transporte de hasta 1.200 kilómetros por hora como velocidad punta en túneles presurizados para transportar tanto personas como mercancías. Las pruebas han alcanzado poco más de 100 kilómetros por hora, apenas un 10% de la velocidad máxima teórica de estos vehículos.
Hyperloop One es una de las diferentes empresas trabajando sobre el concepto del hyperloop, desarrollado de forma inicial por SpaceX, la compañía aeroespacial fundada por Elon Musk. Diferentes universidades, entidades, grupos de inversión y países están trabajando en esfuerzos similares, algunos coordinados y otros independientes. Hyperloop One, en Nevada, es uno de los más avanzados.
La compañía tiene su primer contrato con el gobierno de Emiratos Írabes Unidos para instalar sus instalaciones entre Dubai y Abu Dhabi. El sistema sería capaz de recorrer la distancia entre ambas ciudades, superior a 150 kilómetros, en menos de 12 minutos.
El gobierno emiratí e Hyperloop One no han puesto fecha al desembarco de la tecnología que aún está iniciando su primer periodo de pruebas en entorno real después de comenzar a solventar muchos de los retos de ingeniería relacionados con el proyecto.
Una vez instalado cada cápsula-locomotora será capaz de transportar hasta 16 pasajeros separados en cuatro pequeñas cápsulas-vagón hasta velocidades cercanas a la velocidad del sonido (1.235 km/h).
Uno de los retos será hacer cómoda la aceleración tan intensa para los pasajeros y los trayectos sin ventanas ni posibilidad de bajar. Quedan años e incontables problemas a solucionar antes de poder ver esta tecnología en funcionamiento. Para distancias cortas como la de Emiratos Írabes quizá no pueda demostrar toda la aceleración posible para no castigar físicamente a los pasajeros con aceleraciones elevadas.
En trayectos más largos como un hipotético túnel entre Madrid y Barcelona, las cápsulas podrían alcanzar la velocidad punta con aceleraciones más leves que no sean incómodas para el cuerpo humano, así como la posterior deceleración gradual antes de llegar a destino.
Fuente: clarin.com
