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Exportar en un mundo difícil

 |   25 de septiembre del 2012
Exportar en un mundo difícil
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En entrevista con Énfasis Logístioca, Néstor Aleksink -Gerente Comercio Exterior, Bairexport Red de Exportadores-, analiza el comercio exterior argentino y su vinculación con la crisis económica que se vive en la Eurozona.

Énfasis Logística: ¿Cómo es su visión de la situación del comercio exterior argentino en lo que va de 2012?

Néstor Aleksink: Cuando se miran los números es evidente que el comercio exterior se ha desacelerado, no solo en términos de importación sino también en la exportación. Es evidente que la lucha del gobierno está en mantener a como de lugar el superávit comercial, es decir registrar más exportaciones que importaciones. Esto está atado a un montón de circunstancias que inclusive también comprende lo que pasó con YPF, ya que justamente uno de los elementos que generó mayor preocupación y atentó contra este superávit fue el incremento en la importación de combustibles. La nacionalización de YPF tiene como objetivo que en el mediano plazo Argentina empiece a sustituir estas importaciones.
Está claro que cuando se pretende mantener un superávit comercial existen dos alternativas, o se bajan las importaciones o se suben las exportaciones. El fuerte crecimiento que tuvo la economía argentina en los últimos años fue acompañado por un crecimiento sostenido de las importaciones, al mismo tiempo que también se generó un crecimiento de las exportaciones. A partir de las trabas impuestas por el gobierno se evidencia una disminución importante de las importaciones, que no creo que puedan ser sostenidas indefinidamente en el tiempo. Pienso que de acá a fin de año va a haber una flexibilización de estas medidas.
Actualmente estamos en una situación de crisis internacional, y Argentina no es un país que está ajeno a lo que sucede en la zona Euro. Por lo tanto hoy se ve una desaceleración de las ventas argentinas al exterior. El complejo agroindustrial sigue siendo una de las grandes fortalezas de las ventas argentinas al exterior, mientras que se ha registrado una disminución de las ventas con valor agregado.

É. L: ¿Cómo se debe trabajar para incrementar las exportaciones?

N. A: Evidentemente la política de obligar a muchas empresas a generar exportaciones es, en realidad, un disfraz, porque muchas de ellas son netamente importadoras y salen a comprar en el mercado interno ventas de exportación que ya están hechas por otras empresas, y esto no es generar exportación, es generar facturación interna.
Todos sabemos que generar procesos de exportación requiere proyectos de mediano a largo plazo. Por ejemplo nosotros nos vamos a Panamá en agosto en una misión comercial y difícilmente logremos vender algo, pero vamos a generar contactos que de acá a seis meses o un año nos permitan vender en ese mercado.
Hoy la perspectiva del comercio internacional argentino es de exportaciones agroindustriales con escaso valor agregado, con un viento de cola favorable por el valor de la soja, que le va a permitir a la Argentina un ingreso adicional de unos 4 mil o 5 mil millones de dólares, pero en realidad eso no es a lo que debe apostar el país, porque si el día de mañana el precio de la soja baja vamos a tener un detrimento de las exportaciones. Es decir, este año prácticamente se mantendrá el nivel de las exportaciones más por «efecto precio» que por «efecto cantidad», manteniendo el nivel de ingresos externos por incremento de precios y no por incremento de cantidad vendida.
El Estado en algún momento va a tener que asumir que el equilibrio de la balanza comercial no es posible mantenerlo «artificialmente» de modo permanente, o incluso aceptar un saldo negativo. Lo que debería estudiar sería cuáles son los productos a los cuales les debe poner una barrera y a cuáles no. Porque, en definitiva, que en algún momento Argentina tenga déficit de balanza comercial puede no ser un dato negativo, si ese saldo se genera por importaciones de bienes de capital o insumos intermedios para la producción, para componer de este modo un mejor nivel de producción y nuevas ventas al exterior.

É. L: Algunos economistas plantean que la crisis europea no representa un impacto tan significativo para Argentina, teniendo en cuenta los volúmenes de las exportaciones hacia ese destino, ¿cuál es su visión al respecto?

N. A: La recesión en la Unión Europea ha traído muchos debates internos, inclusive muchos políticos de los países del bloque están haciendo fuerza para salir del Euro y volver a las monedas de origen, hay un fuerte debate en ese sentido. Si bien coincido en que las exportaciones argentinas a la zona euro no han tenido un impacto directo por efectos de la crisis, esto afecta a la Argentina, ya que cuando la demanda compradora disminuye lo que sucede normalmente es que se genera un incremento de la oferta disponible y una caída de los precios internacionales. Entonces, si bien a Argentina no le afecta directamente, sí genera que la salida de algunos jugadores de la parte demandante y por ende la caída de los precios internacionales, establezcan un menor nivel de productividad de venta de productos argentinos. Ahora bien, también está el tema cambiario en el medio. Argentina no admite que hoy tenga que devaluar. Estamos en un nivel de dólar de 4.50 que no es real, ni tampoco es real el dólar paralelo de 6.50, en realidad hoy el dólar está entre 5.20/5.30 pesos. Esto hace que los argentinos seamos caros a la hora de vender al exterior. El productor argentino no puede incrementar sus precios en dólares por las caídas de los precios internacionales y, por otro lado, la contraposición en pesos que recibe el exportador en los actuales niveles de precios no le reditúa como le debería redituar. Se produce así un cuello de botella (inflación local, suba de salarios, incremento de costos) y por ello muchos potenciales exportadores argentinos no quieren salir al mercado internacional, porque no les reditúa el negocio hoy en términos cambiarios. Nos encontramos entonces en una madeja que dificulta la internacionalización de las empresas argentinas, en la que la coyuntura europea afecta sin dudas a las exportaciones argentinas. Incluso, una devaluación moderada y que acerque su valor a niveles más realistas, tiene como primer efecto un mayor ingreso por exportaciones y un encarecimiento de las importaciones, que afectaría a aquellos importadores de insumos, pero sería a su vez una barrera menos compleja que la actual instrumentación de las licencias.

É. L: ¿Qué panoramas posibles prevé para el mediano y corto plazo?

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N. A: Considero que el foco más fuerte como política de argentina hoy está en la relación con Brasil. Cuando se analiza el comercio internacional argentino alrededor del 30%, tanto de las importaciones como de las exportaciones, tiene que ver con la relación con Brasil. Va a haber un afianzamiento de la relación con Brasil, justamente el tema de la flexibilización de las trabas tiene que ver con que Brasil se puso muy duro en su momento, Dilma no es Lula eso está claro, no hubo en ese sentido una continuidad en la relación con Brasil. Por eso se produjo un acercamiento hace poco tiempo entre los ministros de economía de ambos países para tratar estos temas, se flexibilizó el ingreso de algunos productos argentinos a Brasil y en el corto plazo esto va a suceder también a la inversa. Por lo cual hay que empezar a generar efectos bilaterales que tiendan a una relación complementaria, eso es lo que se está discutiendo hoy. Por otro lado, esto va a traer efectos colaterales en la relación con el resto del mundo, porque si yo le abro las fronteras a Brasil para importar no se la puedo cerrar a EEUU o a Japón.

É. L: ¿Son efectivos los intentos por promover la sustitución de importaciones?

N. A: Llegar a un proceso de sustitución de importaciones no se puede hacer de la noche a la mañana. Este debe ser un proceso gradual, Argentina puede sustituir algunas importaciones pero de ningún modo la totalidad de las mismas.
Hay muchas empresas locales que se están quejando porque no les están llegando insumos para producir sus productos, porque hay cosas que evidentemente Argentina no tiene la capacidad para poder producir. Por ejemplo, una empresa socia de Bairexport se vio perjudicada por las trabas al estar incluido un insumo vital para su producción de bienes dentro  de una posición genérica, en este caso «ventiladores». Obviamente que hay empresas en Argentina que producen ventiladores, pero dentro de esta posición arancelaria también se encuentran los «microventiladores» que se utilizan para la fabricación de equipos frigoríficos industriales y que no se fabrican en el país, ni siquiera en la región. Al frenarle esta importación a esta empresa le pararon la producción. Ante esta situación hicimos una presentación en la Secretaría de Industria y Comercio, y a los tres días le autorizaron la importación de los microventiladores, porque inclusive la producción de esta empresa genera exportaciones de bienes con valor agregado.
El gobierno tomó una política muy clara respecto del tema de las divisas y de las barreras al comercio internacional, pero ambas dos no pueden ser eternas. Por eso considero que en el mediano/corto plazo eso se va a ir flexibilizando.
Hay muchos sectores de la economía que están claramente beneficiados con estas medidas, y no está mal que así sea, pero también hay muchos sectores que por ser protegidos por estas medidas han incrementado sus valores en el mercado interno, por encima de lo debido, obteniendo utilidades desproporcionadas. Yo creo que esto es lo que se va a terminar balanceando. Ninguna medida es eterna en el tiempo y el Estado lo debería transparentar.

É. L: ¿Cuáles son en su opinión las cuentas pendientes de Argentina en las políticas de comercio internacional?

N. A: Lo que falta en Argentina históricamente es una planificación de mediano/largo plazo en términos de política comercial. Hay políticas de gobierno pero no hay políticas de Estado. Las políticas de gobierno deberían resolver lo coyuntural y se deberían apoyar en las políticas a largo plazo que no existen.
Brasil hace ocho años que está trabajando con Angola, y actualmente el 75% de la obra pública de ese país está en manos de empresas brasileras. Pero esto comenzó hace seis años atrás. La falta de políticas de Estado en Argentina se manifiesta claramente haciendo un análisis muy rápido: Cuando Alfonsín llegó al poder sus primeros viajes como presidente electo fueron a España y Francia, porque el objetivo era la relación con Europa. Se fue Alfonsín y con la llegada de Menem comenzaron las «relaciones carnales» con EEUU y a Europa la dejamos de lado. Durante el gobierno de Menem se concreta la creación del MERCOSUR, pero con muy poca expectativa de incremento de los intercambios comerciales del bloque. Luego del gobierno de De la Rua, que prácticamente no tuvo iniciativa, llegó el gobierno de Duhalde que tuvo una visión mucho más regional del comercio, de hecho durante su gestión se fortaleció el MERCOSUR y se creó la UNASUR. Con la llegada de los Kirchner también se ha generado una impronta más regional, pero con algunos grises, un poco más cerrados. Actualmente se están haciendo algunos «tiros por elevación» como en el caso de Angola, Azerbaiján, etc. pero no como política de Estado sino de gobierno. Veremos qué influencia práctica tiene en la realidad el ingreso de Venezuela como miembro pleno del Mercosur, habrá que poner atención en ese sentido lo que pueda deparar el sector energético.

É. L: ¿Qué es Bairexport?

N. A: Es una asociación civil sin fines de lucro, sin aportes ni subsidios del Estado. Somos una asociación fundada por un grupo de empresas que lo que busca es mejorar la asociatividad y la internacionalización empresaria, para lo cual realizamos acciones que tienen que ver con la capacitación, asesoría, consultoría y no solo en temas de comercio internacional, sino también sobre acceso a financiamiento, planificación y desarrollo empresario, etc. También generamos una asociación mediante la que se fomentan procesos de intercambio entre las propias empresas que conforman Bairexport. En definitiva somos asesores, acompañamos a las empresas, las ayudamos en su proceso de decisiones, en su plan de negocios, y podemos jactarnos de que hay muchas que actualmente exportan gracias a la ayuda que han recibido de la asociación y, de a poco, nos vamos ganando nuestro lugar a nivel nacional, por eso ahora estamos buscando expandirnos a todo el país.

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Marcela Vincenti

Licenciada en Periodismo y Comunicaciones. Organizadora de eventos. Especialista en la industria logística y alimentaria. Cuenta con 17 años de experiencia en la gestión de contenidos y en la creación de estrategias editoriales.

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