El desarrollo de la inteligencia emocional es una competencia fundamental con la que debe contar cualquier profesional dedicado a esta industria. Si no se está preparado emocionalmente para trabajar en logística, el estrés, la frustración y el cansancio pueden presentarse como paralizantes.
Muchas de esas situaciones no tienen que ver con una decisión que tomemos, sino que, provienen de factores externos que no podemos controlar y esa falta de control puede devenir en una emoción negativa. Esas emociones no podemos evitar que aparezcan, pero hay que aprender a detectarlas y gestionarlas.
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En logística no hay problema que no cuente con una solución. Gestionar nuestras emociones nos va a permitir observar con optimismo la situación a la que nos enfrentamos y ser más creativos al momento de tomar decisiones. Muchas veces el problema no se resolverá como nos hubiese gustado, pero siempre podremos encontrar una alternativa viable para que la actividad continúe.
En un contexto tan complejo como el actual, donde pasamos por situaciones de mucho estrés y con una oferta y demanda tan vertiginosa, es importante aprender a gestionar nuestras propias emociones para garantizar la eficiencia de nuestro trabajo. Como profesionales, debemos comprender la importancia de no quedarnos atrapados en la frustración y aprender a salir de esas emociones para luego poder tomar decisiones y avanzar.
(*) El autor es CEO y Fundador de GEA Logistics.
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